sábado, 16 de mayo de 2009

Los Bíblicos (1860-1900)

Por Rev. Pablo Rojas Banuchi (Estractos de un ensayo del mismo nombre, publicado por el autor en 1997. Usado con permiso.)


UNA BIBLIA LLEGA A MANOS DE UN BORICUA

Allá para el año 1860, existían relaciones de carácter comercial entre las colonias holandesas y la isla de Puerto Rico. Aparentemente por el puerto de Isabela (uno de varios puertos en la Isla), para aquel tiempo llamado San Antonio de la Tuna, era que entraban de vez en cuando; mercaderes con productos traídos desde San Thomas. Era en esta región desde Isabela hasta Aguadilla (zona próspera y abundante en productos agrícolas) que se intercambiaron los artículos importados por productos nativos en el intercambio comercial. Por otro lado, fue la época en que se sueltan los nudos legales que mantenían aún a decenas de miles de puertorriqueños en estado de servidumbre mediante la esclavitud y la libreta. La política madura y aparecen tendencias separatistas, reformistas y conservadoras. Un buen día para esta fecha (1860) llega a las costas de Puerto Rico, L. Heiligher, un comerciante holandés que había estado radicado en St. Thomas (Rodríguez 1972, 18). Heiligher (en otros escritos Heiliger/Gheligher) se dedicaba al negocio de "granos" y dominaba el idioma español. Desembarcando probablemente por Aguadilla compró una finca y se estableció en el barrio que hoy se conoce como Maleza Alta.

Heiligher quien poseía un celoso espíritu religioso, llegó con una Biblia protestante. Esto trajo como consecuencia que las autoridades españolas le informaran de lo prohibido de tal acción. Tal señalamiento no detuvo a éste extranjero, sino que despertó el celo evangelista del mismo. Inmediatamente en los terrenos que había adquirido, tenía una casa dedicada a la doble función de almacén de productos agrícolas y de escuela donde enseñaba clases de religión y se estudiaban las Sagradas Escrituras de acuerdo al punto de vista protestante.

Heiligher tuvo contacto con muchos, pero un día en calidad de negocios conoció a don Antonio Badillo Hernández. Heiligher descubrió que éste era muy buen católico romano, pero que desconocía los principios básicos y bíblicos de la fe cristiana. Aprovechando esta eventualidad Heiligher tomó un ejemplar de la Biblia que portaba, y se la entrego a Badillo para que la leyera y así podría convertirse en un buen cristiano. Sobre tal encuentro el Rvdo. Domingo I. Rosado nos relata: "Allí cultivó la amistad de un agricultor puertorriqueño, quien llegó a dedicarse al estudio de la Biblia. Con la ayuda de Heiligher, que era presbiteriano". Casi podríamos decir que Heiligher fue el primer ministro protestante que hubo en la isla. En el libro Estampas de Nuestra Iglesia citado por Haydeé E. Reichard de Cancio, aparece la siguiente referencia: a un inglés de apellido Herlinger fue el primer ministro protestante en la isla, y ejerció su ministerio ilegalmente en Aguadilla para 1860. Nunca construyó un edificio para iglesia...". Solo se sabe que se reunían en secreto, leían la Biblia en español y propagaban sentimientos antiespañoles a medida que predicaban la doctrina protestante. Obviamente eran tiempos difíciles para estos grupos, bajo el sistema del gobierno español. En otras palabras, la vida política de Puerto Rico, bajo ese régimen, se podría resumir con términos como "dictadura", "despotismo" y "gobierno de los pocos, para los pocos". Dicho absolutismo significó para Puerto Rico, entre otras cosas la persecución de todo aquel que profesara ideas liberales, reformistas o separatistas, o abogaban por la culminación de las injusticias. No hay duda alguna que Heiligher era un propagador de estas ideas. Sin embargo, no existen fuentes primarias impresas sobre el origen y proceder de Heiligher. No obstante, en el libro La Inmigración a Puerto Rico durante el Siglo XIX, de Estela Cifre de Loubriel; aparece la siguiente ficha: "Heiliger, Eduardo. 1868. Natural de Santa Cruz; de 54 años de edad; casado; reside en Isabela; propietario de Hacienda de caña y de 21 esclavos; juez de paz; partidario de la causa separatista, contribuye con 250 pesos para ese fin; reside en Mayagüez en calidad de domiciliado en 1874. (Inscrito natural de Dinamarca". De igual forma otro dato que nos arroja luz sobre la figura de éste evangelista extranjero lo es el libro de la Profesora María Judith Colón, Historia sobre Isabela. En este escrito aparece Eduardo Heyliger, como dueño de una hacienda de caña en el barrio Guayabos, valorada en 12,580, con dotación de 21 esclavos y quien llegara a Isabela, allá por el año 1850. Es posible pues no hay evidencia contundente para llegar a conclusiones, que exista una relación entre el Heiligher de Maleza Alta de Aguadilla y el hacendado de Isabela, Eduardo Heyliger. De Heiligher se indica que fue apresado durante el tiempo posterior al Grito de Lares junto al presbítero Don Juan de Dios Díaz el 10 de octubre de 1968.

Del encuentro entre don Antonio y el danés Heiligher, el primero se convierte aceptando los nuevos patrones y formas de servir y seguir a Jesús. Es así que juntos comienzan a predicar El Evangelio entre los campesinos de la zona. Don Antonio Badillo se había entregado a la lectura del texto sagrado. Y como consecuencia en la sala de su hogar se reunía con sus familiares y amigos para leer en alta voz las Sagradas Escrituras. Una llama se había encendido. Si bien es cierto que Heiligher, de espíritu fervoroso inició ésta llama, don Antonio seria el cabecilla de eventos significativos para la isla. Y sólo porque un danés le dio una Biblia a un boricua.

DEL COMO SE LES LLAMO LOS BIBLICOS

Como mencionáramos anteriormente, a raíz de la devocional lectura de las Escrituras don Antonio comenzó a celebrar reuniones en su casa que muy pronto adquirieron fama. El Dr. Cabrera nos expresa que toda esa región de Aguadilla, a virtud de la influencia de Badillo, los primeros evangélicos fueron conocidos con el nombre de "Los Bíblicos", debido a que ellos desconocían las distintas denominaciones y calificativos de sectores evangélicos. Badillo y sus seguidores sólo conocían un texto la Biblia; y este distintivo les hizo distinguirse más como bíblicos que luteranos, así se denominaba a los evangélicos en aquel tiempo por los católicos. Puede ser que de alguna manera Heiligher ayudara a Badillo en sus inicios. Hay evidencia escrita que en las cercanías del pueblo de Aguadilla, para aquella época, residía una familia que se apellida Eilinger, y que eran de origen danés. La lectura de la Biblia tenía fascinado a don Antonio. Y esto sólo se había dado en una relación comercial. Pero, para él, según el Dr. Cardona: "...había sido un encuentro con Dios. De don Antonio se cuenta, que en ocasiones se retiraba a la playa a pelear con el diablo. Se decía también que vendía sacos de habichuelas en los que echaba "piedrecitas" para aumentar su peso. Aunque todo esto no son más que especulaciones producto de leyendas que adornan la realidad histórica; don Antonio había sido transformado por el nuevo mensaje (1976, 78).

DE LA PERSECUCIÓN CONTRA ESTOS

A raíz de la fama de este movimiento las autoridades españolas comenzaron a investigar. En frecuentes ocasiones su casa fue registrada por los agentes de la Guardia Civil. En una ocasión el sacerdote de Aguadilla logró que el juez enviara una comitiva de la Guardia Civil Española al barrio de Maleza Alta donde residía Badillo para que buscaran por toda la casa "la famosa Biblia que tanto daño estaba haciendo." Después de una búsqueda infructuosa en todos los rincones y alrededores de la casa regresaron a Aguadilla con el siguiente reporte: "Si este hombre es un hereje, está realizando una gran obra en aquel barrio, pues tanto él como su familia están atendiendo en un hospitalizo que él ha construido cerca de la casa a unas cuantas personas enfermas con la viruela". Las autoridades para 1860 estaban muy alertas a todo indicio separatista. Fue una década de aprendizaje político para estos separatistas y aún para los reformistas puertorriqueñas. De ahí que el gobierno, estuviera alerta a posibles conspiraciones. No le perdía ni pie ni pisada a los líderes de ambos bandos. Aunque no existe evidencia alguna que Badillo como líder de Los Bíblicos apoyara los futuros intentos de independencia, sí se vislumbran elementos de su posible respaldo al luchar por la libertad religiosa. El Dr. Cabrera parece acercarnos a tal conclusión. Para aquel tiempo existía una intolerancia religiosa que hacia que Los Bíblicos se reunieran de noche cuando nadie podía estar vigilando por los alrededores.

En ocasiones su casa fue incendiada con tal de que la Biblia desapareciera, pero don Antonio hábilmente la mantenía oculta en un hoyo que este cavó y cubrió con paja cerca del rancho donde laboraba los productos agrícolas. Era su tesoro para educar y enseñar a sus hijos sobre los caminos del Reino y de igual forma como buen cristiano rendir una labor digna a su comunidad. Eran pues trágicos y tétricos días de intolerancia religiosa. Al leer la carta del primer Obispo e Inquisidor de la isla, Alonso Manso, se puede notar su deseo de eliminar las fuerzas protestantes: "Y para remachar el clavo contra los autores de herejías lease la carta de su majestad el Rey dirigida a los Arzobispos y Obispos de las indias sobre ciertas herejías, fechada en Valladolid a 13 de julio de 1559". De hecho, se dice que don Antonio se dedicó a salvar tres condenados al exilio en las islas de Fernando Poo en África y lo hizo llevándoles al pozo Jacinto de Isabela hasta una embarcación clandestina que los esperaba. Sin embargo, ante la persecución Badillo mostró valor y astucia y habilidades sobresalientes.

Un detalle interesante es que los miembros de éste movimiento muy poco revelaban sobre lo que hacían en dichas reuniones. Solo se podía observar su devoción al compartir el mensaje del Evangelio con otros. Pero sobre los cultos una vez ingresaban sólo se sabía que leían la Biblia, la interpretaban a su manera (y podemos pensar, muy a tono a su realidad histórica) y entonaban cánticos. Nos relató Doña Antolina Vélez famosa educadora y fiel cristiana; que su madre (Anacelia Quiñones) sólo le decía que iba para la reunión de Los Bíblicos. Y mientras se alejaba iba entonando aquellos cánticos. "Para aquel tiempo yo sólo tenía 6 años... y yo le preguntaba mamá para dónde vas... y ésta me contestaba para Los Bíblicos. Le preguntamos a Doña Antolina sí conocía sobre documentos o algún orden de culto de estos y nos dijo: "de eso no hay nada... y yo nunca vi ninguno". A pesar de los pesares Badillo continuó su prédica y preparando el ambiente. Terreno que aprovecharían los misioneros americanos.

SOBRE LA TEOLOGIA DE LOS BIBLICOS

No hay duda alguna que el protestantismo había llegado para quedarse. Este mostraba numerosos adeptos entre los extranjeros que llegaban a nuestras playas y entre los jóvenes isleños (estos se iban a estudiar a países como Alemania, Inglaterra y Estados Unidos).

Sobre nuestro grupo en cuestión, no existe evidencia concreta que nos señale que de alguna manera tuvieran contacto con estos libros. Si de construir una teología sobre Los Bíblicos se trata, no hemos de ir más allá de los principios "reformados" que ya se habían iniciado en Europa bajo la dirección de Calvino y que para aquella época eran difundidos por los presbiterianos en los Estados Unidos. Todo parece apuntar que Heiliger era Presbiteriano, recordemos lo antes expuesto por el Rvdo. Domingo I. Rosado: '.. con la ayuda de Heiliger que era presbiteriano". Tal teoría parece cobrar más credibilidad cuando la Iglesia Presbiteriana en los E.U.A. empezó obra misionera en los barrios de Maleza Alta y de Montaña, en Aguadilla. Estos misioneros presbiterianos que llegan a la isla como consecuencia de la Invasión Norteamericana (1898), se encuentran con Los Bíblicos. Aquel día Los Bíblicos curiosamente fueron a escuchar a los recién llegados extranjeros, descubriendo que lo que estos predicaban no tenía diferencia alguna en cuanto a lo que ellos creían y profesaban. Más bien parece, que Heiliger y don Antonio hablan preparado el terreno apropiado para el presbiterianismo.

LLEGAN LOS NORTEAMERICAN0S (1898)

Para 1873, la proclamación de la República Española propició la oportunidad para que las iglesias protestantes pudiesen establecerse o tolerarse en la Península y en sus posesiones ultramarinas. Esto propició el ambiente para que los anglicanos pudieran establecerse en la ciudad de Ponce, siendo los primeros en construir un templo no católico en suelo de territorio español. Ya tal acontecimiento nos sugiere lo que habría de acontecer más adelante, Puerto Rico se vislumbraba como campo misionero del protestantismo americano. Fue la Guerra Hispano-Americana-Cubana la que impulsó la oportunidad en los Estados Unidos de ampliar su esfera de influencia religiosa. La misma se iba a efectuar a costa del "oscurantismo español y del romanismo". De ahí que los grupos protestantes norteamericanos entendían que su misión era la de completar la obra civilizadora que la democracia norteamericana iba a llevar a las nuevas posesiones. Eran estos dos sagrados deberes: el patriótico y el religioso, la base de la prensa protestante y la prensa secular. Fue así que, para el 10 de diciembre de 1898 bajo el Tratado de París; se hizo posible que Puerto Rico pasase a los Estados Unidos de América. Cuando los norteamericanos llegaron a Ponce se cuenta, que las campanas del templo anglicano que por ley se mantenían mudas, lanzaron sonidos de libertad religiosa. Respecto a Los Bíblicos y su relación con tal magno acontecimiento histórico se dice, que en Aguadilla (y según relata el Dr. Torres Oliver), "algunos participaron en guerrillas ayudando a las tropas americanas".

En Aguadilla al llegar el primer misionero americano (que era presbiteriano), el Rvdo. Judson L. UndenHood en enero de 1900 comenzó a cosechar los frutos del Evangelio sembrado por don Antonio Badillo. Gracias a esto, se organiza para el 1901 la Primera iglesia Presbiteriana en Aguadilla y que para el 1904 tuviera 400 miembros. No obstante, el 26 de mayo de 1912, un grupo de hermanos de la iglesia Presbiteriana en Maleza Alta, residentes en el Barrio Montaña, fueron organizados como iglesia por el Presbiterio de Puerto Rico. Tales obras misioneras y luego iglesias presbiterianas, podríamos decir, fueron producto directo de lo que don Antonio junto a sus seguidores iniciaron en los alrededores del oeste de la isla.

DE LO QUE OCURRIO CON LOS BIBLICOS

Antes que nada hay que señalar que Los Bíblicos no desaparecieron. En virtud de lo antes expresado, estos se unen a la tradición reformada transmitida por la iglesia Presbiteriana que en calidad de admisión" se allega a nuestras costas. Aunque como movimiento independiente deja de existir, muy pronto aparecen entre las milicias presbiterianas. Para cuando Underwood los encontrara, descubre que estos sabían el Sermón de la Montaña, el Decálogo y que los niños repetían el Padre Nuestro todas las noches antes de acostarse; esto no era más que el reflejo de la obra realizada por don Antonio en aquellos días de persecución. Si por "desaparecer" se entiende que Los Bíblicos se desintegraron, tendríamos que decir NO. Simplemente estos se fusionaron" a las ideas presbiterianas en las que no encontraron conflicto alguno. Sin embargo, su principal caudillo Antonio Badillo Hernández muere socorriendo a los enfermos de una epidemia de viruela que por aquellos días se dio. Por eso su mayor logro fue preparar a un grupo de hombres que continuarían sus ejecutoriase Entre estos hombres podríamos mencionar a Baldomero Badillo Bello, Juan B. Fernández Badillo; ministros ordenados y que salieron a servir de la Primera Iglesia Presbiteriana en Aguadilla.

Entre los actuales ministros y de descendencia directa de los Bíblicos podemos mencionar al Rvdo. Eliezer Fernández (Presbiterio de san Juan) y al joven pastor Rvdo. Carlos A. Torres Badillo (Presbiterio del Noroeste) quien fuera en un tiempo anciano gobernante de la iglesia en Montaña (1987); hoy pastor de la Iglesia Presbiteriana en Ceiba Baja. De igual forma no podemos dejar de mencionar a don Pablo Fernández (destacado músico sacro). Entre las mujeres podemos mencionar a Carmita Badillo (quien se destacara en el Coro de Montaña (1936-41), Awilda Badillo de Fernández, Carmen M. Fernández (ancianas gobernantes) y a Esther Badillo, diaconisa en la iglesia en Montaña.

A MANERA DE CONCLUSION

Hoy día la iglesia Presbiteriana (USA) ha expandido sus fronteras en la isla. El impulso evangelizador fue gracias a Don Antonio Badillo y sus seguidores, quienes no importando la persecución en la que se vieron enfrascados; su labor de predicar el Evangelio de Cristo, no se vio frustrada por intentos anti-evangélicos.

Tildados de Independentistas" y "revolucionarios" los de su época no comprendieron que su proceder no fue más que una respuesta al sistema opresor de sus tiempos. Su lucha por la libertad estaba mediatizada por un deseo de servir y lograr mejores estilos de vida. por eso, no es de extrañarnos que Don Antonio creara una escuelita y un pequeño hospital, y todo esto por lo difícil que en aquella época era conseguir tales privilegios. En fin, Los Bíblicos son patrimonio histórico de nuestro sentir evangélico, pero también de todos aquellos que tratando de reconstruir la historia cristiana de Puerto Rico recurren a éste movimiento para trazar los primeros esbozos de un Puerto Rico "protestante".

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