viernes, 27 de enero de 2012

NO OS AFANEIS POR EL DIA DE MAÑANA

No hace mucho estuve predicando en una iglesia hermana y una vez finalizado el servicio, alguien se me acercó, me dio las gracias por el mensaje y me entregó una nota cuyo contenido quiero compartir con ustedes, ya que lo encuentro relevante dado el momento retante y apremiante que estamos viviendo.
Un joven soñó que se          comunicaba con Dios y le solicitaba una entrevista, si el preciado tiempo del Todopoderoso, claro está, se lo permitía.  ¡Adelante, hijo, claro que tengo tiempo para ti!  Tú sabes que yo soy el dueño del tiempo.  A ver... ¿qué tienes en tu mente?, fue la reacción de Dios.
Con el lápiz y papel en mano, el joven procede a interrogar a Dios.
-- Señor, seré breve...  Quiero saber ¿qué es lo que más te sorprende de nosotros los seres humanos?
Con sonrisa celestial y paciencia
digna de un padre, Dios le respondió
  Voy a ser franco contigo.  Me sorprende que se aburran de ser niños, que por pensar ansiosamente en el futuro, olvidan el presente, de modo que no viven ni el presente ni el futuro.  Que se apuran porque pierden la salud por hacer dinero y luego pierden el dinero por recuperar la salud.  Que viven como si nunca fueran a morir y que mueren como si nunca hubieran vivido
--Gracias, Señor, respondió el joven.
¿No es eso lo que nos dice Jesús en la carta magna del cristianismo o sermón de la montaña? No se preocupen del mañana, pues el mañana se preocupará de sí mismo.  Cada día tiene bastante con su inquietud
(Mateo 6:34.  Biblia de Jerusalén).
La confianza en el amor y el cuidado que Dios nos dispensa debe motivarnos a vivir con sabiduría el día de hoy.  Inquietarnos más de lo normal, nos lleva a malograr el aquí y ahora, y a sumergir nuestro momento presente en una angustia innecesaria.
      
            Por: Rev. Salvador Gavaldá Castelló




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