No hace mucho
estuve predicando en una iglesia hermana y una vez finalizado el servicio,
alguien se me acercó, me dio las gracias por el mensaje y me entregó una nota
cuyo contenido quiero compartir con ustedes, ya que lo encuentro relevante dado
el momento retante y apremiante que estamos viviendo.
Un joven soñó que se comunicaba con Dios y le solicitaba
una entrevista, si el preciado tiempo del Todopoderoso, claro está, se lo
permitía. – “¡Adelante,
hijo, claro que tengo tiempo para ti!” Tú sabes que yo soy el dueño del
tiempo. A ver... ¿qué tienes en tu
mente?, fue la reacción de Dios.
Con el lápiz y papel en mano, el joven
procede a interrogar a Dios.
-- “Señor, seré
breve... Quiero saber ¿qué es lo que más te
sorprende de nosotros los seres humanos?
Con sonrisa celestial y paciencia
digna de un
padre, Dios le respondió:
--“Gracias, Señor”, respondió el joven.
¿No es eso lo que nos dice Jesús en la carta
magna del cristianismo o sermón de la montaña? “No se preocupen del mañana, pues el
mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene
bastante con su inquietud”
(Mateo
6:34. Biblia de Jerusalén).
La confianza en el amor y el cuidado que Dios nos dispensa
debe motivarnos a vivir con sabiduría el día de
hoy. Inquietarnos más de lo
normal, nos lleva a malograr el aquí y ahora, y a sumergir nuestro
momento presente en una angustia innecesaria.
Por: Rev. Salvador Gavaldá Castelló
No hay comentarios.:
Publicar un comentario