viernes, 31 de octubre de 2008

Carta Pastoral: Una invitación a la paz

Saludos a todas y todos:

Con los cierres de campañas políticas encima, los insultos difamantes en los medios de comunicación, la economía mundial y local seriamente deteriorada, y el reloj para los comicios electorales corriendo, no es raro que los ánimos se caldeen y la paciencia de parte y parte se reduzca cada vez más.

Con ese panorama en nuestro Puerto Rico, lo que era "el deporte nacional" (la política) ha venido a convertirse en "la religión nacional" en la cuál los adeptos de cada partido se consagran apasionadamente a sus respectivos líderes e ideales. Los incidentes de agresividad ya se han comenzado a manifestar, lamentablemente.

Es por eso que, tomo este breve espacio cibernético, para hacer un llamado a todas y todos nuestros hermanos a dar un buen ejemplo: hacer que la cordura, la tolerancia y la sensatez sean los valores que marquen nuestro comportamiento civil.

Bajo ninguna circunstancia me atrevo, como Pastor, a sugerirles por quién votar. No obstante, es mi responsabilidad ministerial recordarles cómo debemos conducirnos en nuestras relaciones interpersonales, cada cual cumpliendo su derecho y deber ciudadano de votar por los candidatos de su preferencia, respetando la dignidad de quienes puedan diferir.

En última instancia, como decía el apóstol Pablo, "nuestra ciudadanía está en los cielos". Es decir, que nuestro estilo de vida aquí en la tierra debe responder a los valores del Reino de Dios: la justicia, el amor, la paz, la solidaridad, la compasión, la promoción de una sana convicencia y una cultura reconciliadora.

Seamos dignos(as) representantes de Jesucristo en todo lugar: en la casa, en la calle y hasta en los colegios de votación. Nuestro País necesita gente comprometida PRIMERO con "el Reino de Dios y Su justicia", concientes de que lo demás será añadido por el Señor.

¡Paz!

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