domingo, 10 de marzo de 2013

JESUS MODELO DE ORACIÓN

Domingo, 10 de marzo de  2013.

Los cristianos en la experiencia de la oración tenemos un inspirador y motivador, el Espíritu Santo, un Maestro y modelo, Cristo Jesús, y un libro de texto, la Biblia.
El cristiano es uno que está llamado a ser discípulo de Jesús, a seguirle, aprender de Él, y hacer de sus declaraciones el fundamento de su vida.
Hace ya algún tiempo los amantes del cine tuvieron la oportunidad de disfrutar de una película titulada "El Ultimo Samurai", en la que un ex-oficial de la guerra civil norteamericana fue contratado para organizar un moderno ejército al servicio del emperador del Japón y acabar de una vez por todas con el ejército de los samurais que también defendían al emperador, pero de distinta manera, ya que lo defendían de aquellos que con intereses mezquinos pretendían modernizar el país a costa de la identidad nacional.  El oficial cayó prisionero de los samurais y con el tiempo llegó a identificarse con la noble causa de éstos.  Se convirtió en el único sobreviviente de la cruenta batalla en la que el ejército "oficial" exterminó a los samurais.  La película termina con la presentación del oficial sobreviviente ante el emperador y entregándole a éste la espada del jefe de los samurais, quien siempre, le fue fiel.  El emperador le dice al oficial:  "Cuéntame cómo murió".  Mejor te cuento como vivió, fue la respuesta del oficial.  Y es que no podemos entender la muerte de un gran ser humano sin antes entender su vida, pues aquella es consecuencia y culminación de ésta. 
Cuando hablamos del más grande de los seres humanos, Jesús de Nazareth, le admiramos no sólo por el modo como afrontó su muerte, sino por lo que ésta supuso para la humanidad; no obstante, jamás la entenderíamos y mucho menos la internalizaríamos sin antes captar el sentido de la vida del Hijo de Dios, nuestro Señor y Maestro.
Jesús, con la asertividad que siempre le caracterizó, un día dijo:  "No puedo hacer nada por mí mísmo...porque no busco mi voluntad sino la voluntad del que me envió, mi Padre" (Juan 5:30).      Y...¿cuál es la voluntad de su Padre?  "Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en Él, tenga Vida Eterna"(Juan 6:40).  Ahí está la razón y el sentido de la vida de Cristo y, por consiguiente, su muerte redentora y salvadora.  Pero para que esto fuera así, Jesús vivió en constante comunión y dependencia con su Padre, y éstas sólo podían ser alimentadas por medio de la oración.
Uno de los aspectos que más impresionaron a los discípulos de Jesús en los tres años de ministerio público fue el espíritu de oración del Maestro.  Por eso, a la luz de la resurrección, los autores de los evangelios destacan a Jesús, a pesar de la gran cantidad de actividad que cada día desarrollaba, siempre encontraba tiempo para orar, ya que la inspiración y energía que recibía del cielo para hacer frente a tanto reto se debía a la cominicación con su Padre en un marco de fe y de confianza.  Es más, Jesús se levanta muy temprano en la mañana, cuando aún estaba oscuro, y se iba a un lugar solitario a orar antes de emprender la dura tarea ministerial(marcos 1:35).  Y lo mismo hacía cuando llegaba la noche("Mateo 14:23).  ¡Que gran ejemplo para los que nos llamamos cristianos que con el pretexto del mucho quehacer olvidamos que ante todo debemos ser hombres y mujeres de oración!
La vida de Jesús fue una oración, particularmente en la toma de importantes decisiones.  Oró al ser bautizado, en los inicios de su ministerio público, y como respuesta a su oración se abrió el cielo, se posó sobre Él el Espíritu Santo en forma de paloma y escuchó:  "Tú eres mi hijo amado; estoy complacido contigo"(Lucas 3:21 - 22).  Se supone que en su experiencia del desierto, después del bautismo, además de ayunar, orara.
Pasú toda la noche orando en el monte antes de proceder a la elección de los "doce"(Lucas 6:12).
En el momento de la transfiguración, Jesús estaba orando(Lucas 9:28-29).
Orando se encontraba el Maestro cuando uno de sus discípulos le suplica que les enseñe a orar como Juan enseño a sus discípulos.  La respuesta no se hizo esperar:  El Padre nuestro(Lucas 11:1).
Aunque en general los evangelistas enfatizan en que Jesús oraba, sólo en contadas ocasiones nos informan del contenido de la oración.  ¡Contadas ocasiones, pero qué bellas oraciones!  Recordemos...
*La oracion en la que da gracias por el conocimiento de las cosas de Dios que adquieren los que son como niños, sinceros y humildes (Mateo11:2-5).
*La oracion del Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, en la que ora por sus discípulos y por los que creerán por medio del testimonio de éstos(Juan 17).
*Particularmente conmovedora resulta la oración del Getsemaní.  ¡Que momento!  ¡Cuánta angustia y soledad en el espíritu de Jesús!(Lucas 22:39-46).  También conocemos el contenido de la oración de Jesús desde la cruz, perdonando a los que lo han llevado a la muerte, expresando su desamparo ante el cielo y encomendando su espíritu al Padre.
A ejemplo de Cristo y en su nombre, los cristianos, descubrimos en la disciplina de la oración la comunión con Dios que da sentido y propósito a nuestra vida.  Independientemente de que creamos poder resolver por nosotros mismos nuestros asuntos o no, Cristo nos enseña que fuimos creados para mantener una adecuada comunión con Dios por medio de la experiencia de la oración.

Rev. Salvador Gavaldá Castelló

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